Normalmente no hay nada valioso periodísticamente en mi vida, pero todo cambió el pasado mes de Noviembre. Por supuesto, todo parecía perfectamente normal al principio. Hice mis tareas, acabé mis proyectos, hice los recados, me debí al trabajo, a mi familia, a mis amigos... En resumen, pasé el mes como pasaba todos los otros días, tranquilamente sacando brillo a la rutina de mi vida hasta que brillase de perfección. Pero cuando apareciste tú todo cambió, hiciste que apareciese esa sonrisa estúpida cada vez que te veía. Te acompañé a aquel irlandés a tomarnos un café, me llevaste a la playa... Todo ocurrió allí. Saltó la chispa. Desde entonces no todo gira en torno a mí o a mis cosas, sino a nosotros, a nuestras cosas.
3 comentarios:
Llegaran mas noviembres.
Pero mientras disfrutamos de febrero.
Noviembre volverá algún día, y habrá más nosotros.
Un miau dulce
tu blog me gusta tanto!
Publicar un comentario